Callado con espantosa valentía,
amando humanamente,
miro nublarse mi destino, como si me hubiera orinado.
Todo está alegre, pero menos mi alegría;
Están bailando y riendo, en el mismo síndrome
gorilas excitados, amos y esclavos del dinero.
¡Momias!, si son momias vivientes y caníbales en manía,
irritados por el sexo, te piden el derrame,
que de pasión exaltas con tu cabellera de oro.
¡Oh dueña mía!; venga anidar mi amor en agonía.
ó ignórame en tu recóndito perseverante,
en el límite del frió encendido en mi vaina colérico.
Remontando mi filtrado utopía,
venga iluminarme con tus ojos reluciente;
y oye desde mis hombros el reacio.
¡Oh amor mío!,
vibra de mí
el sórdido y silenciado amor.
sábado, 3 de marzo de 2007
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